El otro día le dije a mi hermana con la qu e me llevo 20 años, ella 10 y yo 30:
-¿Tata?
-¿Qué, tato?
-¿Qué es la Animación Sociocultural?
A la pobre se le blanqueó la cara, y con cara de tener seis años menos, me dijo:
-¿Qué es, tato?
¡Mierda! Esto no es lo que yo quería, así que le dije:
-Si sacamos papel y boli, ¿me podrías intentar definirlo en dos líneas?
-¡Claro!
Así que mientras con un oko miraba el boli y el papel y con otro mi cara, ella hilaba las palabras sobre el blanco, una tras otra. Yo sonreía, mientras ella, concentrada, bajó los ojos al papel y repasó sus dos líneas y media. Puso los puntos, las comas y las tildes, me miró y me dijo:
-Tato, ¿esto es loq ue tú estás estudiando?
Lo leí, la miré, lo volví a leer, la miré, me subió los hombros y arrugó la frente, buscanco mi corrección. La volcí a mirar y le dije:
-Gema, es la definición más clara, objetiva completa que he leído hasta la fecha, pues creo que reúne las palabras exactas para arreglar este mundo.
En fin, es triste reconocer que una niña de diez años pueda tener las cosas más claras que un niño de treinta, pero a mí me ha pasado.
Aún más triste es que sin querer ser maestro o discípulo, solo agente, haya pequeñas personas preparadas en el camino para recordarte que la lógica es INTELIGENCIA EMOCIONAL y que esto puede utilizarlo mejor un niño que el adulto más erudito, pues tragar teoría a lo ganso, con o sin embudo, no deja de ser otra de las locuras de este sistema obsoleto e insalvable, que muchos se esmeran porque otros lo mantengamos a flote.
La hostia, tú, si me meas encima no me digas que llueve, que esta en el trópico la lluvia cae fría y esto es Burgos, el norte, y diciembre.
Al Departamento de Profesores, atentamente:
Kunfu con patillas, El Descanso del Guerrero.
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